29.11.16

Estrategias de cohesión textual

Podemos definir la cohesión textual como “la red de relaciones tipográficas, léxicas y gramaticales que da forma a un texto[1]. No obstante debido a la sinergia estructural que se establece entre las dos propiedades más importantes de la textualidad; la cohesión y la coherencia,   tenemos que señalar que estamos hablando de unos componentes lingüísticos que hacen posible la coherencia del texto. Pues, como lo apunta A. García Berrio (1978; 57) “la coherencia o congruencia, a nivel  de la forma textual, se traduce en el conjunto de mecanismos lingüísticos de cohesión”. Del mismo modo, R. Beaugrande y W. Dressler alegan que “la cohesión de la superficie del texto descansa sobre la coherencia presupuesta del mundo textual” (1981:70).

      Elementos de cohesión gramatical;

a-      Referencia:
Ø  endofórica
Ø  exofórica:
b-      La elipsis: se refiere, generalmente, a la omisión de un  constituyente lingüístico que se sobreentiende por las implicaciones de los elementos contextuales. Las teorías tradicionales han explicado este fenómeno en tanto que figura de construcción, pero lo  han interpretado como factor de economía y como recurso de estilo. Cegalla, por ejemplo,  restringe el empleo de este mecanismo gramatical  al aspecto puramente estilístico y lo interpreta como estrategia que confiere “elegancia y concisión” a los enunciados (1988: 519).    
       No obstante, si la elegancia es un  aspecto retórico, la concisión, por relacionarse estrictamente con una cuestión de  sentido, sea en la esfera oracional o textual, se instaura como un mecanismo de cohesión.  Pues, según Halliday, la noción de elipsis se refiere a “algo no dicho pero sobreentendido” (1976); lo que implica que el lenguaje en uso no funciona en situaciones comunicativas siempre en función de lo que se dice, o sea puede depender de lo implícito: algo que se ha dicho antes, o se dirá después o que forma parte del conocimiento de mundo y, por tanto, no hace falta decirlo sino solamente dejar que se sobreentienda contextualmente.  
Sin embargo, Halliday y Hassan 1976 afirman que la elepsis no corresponde a una simple información omitida ni tampoco una mera ausencia de la evidencia formal. Para que podamos hablar de una elipsis hace falta que el enunciado textual contenga una secuencia anterior que permite la presuposición del sentido del segmento elíptico. Éste queda suplantado por una vacuidad estructural que algunos lingüistas, aparte de Halliday y Hassan denominan “substitución por cero”. Veamos cómo funciona este procedimiento en los versos siguientes de Paloma Palao[2]:

La caída de tanta ruina despreciada,
de tanto silencio
Te ata a tu sueño,
a lo que tú quisieras despertar.            

     Notamos que en la estructura superficial de los enunciados, que conforman estos cuatro versos, hay una substitución por elipsis que puede interpretarse incrustando el término elíptico “la caída” para combinarlo con el sintagma prepositivo “de tanto silencio” y la estructura verbal  omitida “Te ata” para que preceda  al segmento oracional que funciona como complemento de régimen:
Desde el punto de vista gráfico se ve cómo se recurre al uso de la coma, justamente,  para indicar la  omisión de un segmento referente  por haber sido mencionado con anterioridad:

[La caída …]  [Ɵ]  de tanto silencio
[Te ata …]  [Ɵ]  lo que tuu quisieras despertar.


Elementos de cohesión léxica:
a-      Reiteración: repetición de palabras a base de distintos procedimientos tales como:
Ø  Recurrencia:
Ø  Sinonimia: repetición semántica que consiste en suplantar una palabra por otra que dispone de las mismas propiedades sémicas y que, por tanto, cumple la misma función semántico- referencial, en virtud de una relación de sinonimia:
Ej
 En aquel día  fúnebre y lúgubre  nuestro padre nos ha hablado tan seriamente, tan solemnemente que sus palabras nos parecieron muy claras e inequívocas que no admitían ni duda ni equivocación  y que nos dejaron a todos muy pasmados y aleados pero,  al mismo tiempo,  absortos y meditabundos.

      La relación de sentido  se evidencia claramente con el recurso a la sinonimia establecida entre varios pares de lexías: fúnebre/lúgubre, seriamente/ solemnemente, claras/inequívocas, pasmados/aleados, absortos/meditabundos, sin pasar por alto la expresión "que no admite ni duda ni equivocación" que  representa, en esta red de relación de significados, una frase sinónima portadora de una  significación análoga  a la del vocablo "inequívoco".

    No obstante, al hablar aquí de esta categoría de de reiteración semántica, no nos referimos sólo al nivel propiamente léxico,  sino de igual modo, al nivel frástico, puesto que existen en la lengua locuciones verbales y estructuras lexicalizadas, como las unidades fraseológicas de equivalente sentido. La sinonimia es, entonces, un  recurso que otorga cohesión al texto acudiendo a expresiones de idéntico significado, es decir frases sinónimas[3], con vistas a  unos determinados propósitos expresivos (explicación, matización, etc.):

Ej.

 No le gustó el hecho de que le mandaran a hacer puñetas. ¿Cómo se atrevieron a mandarle a hacer gárgaras? Nadie se atrevió antes a echarle de algún lugar; nadie le despidió desabridamente o le contestó con desconsideración. Ahora que le estaban mandando a paseo, a freír espárragos, a freír monas, se sitia muy humillado y con el orgullo abatido.   


       En cuanto a la sinonimia, como recurso de substitución dentro del texto, hay que dejar claro que implica la conmutación de un vocablo o expresión por otro vocablo u  otra expresión -de parecido significado-  ya mencionados anteriormente. El principio cohesivo regidor, en este sentido, es desde luego  la preocupación por no repetir las misas palabras en el texto. No obstante, debido a la inexistencia de la sinonimia perfecta, hay que señalar que esta substitución recurre comúnmente a la llamada sinonimia contextual, eso es, la relación de analogía de sentido admitida por el contexto –o situación comunicativa-:

 Gabriel García Márquez era un escritor muy profuso. La obra de este representante del realismo mágico fue traducida a más de treinta  idiomas y galardonada  por muchos premios de prestigio internacional. Gabo no sólo escribió  libros de ficción, sino también obras  de teatro. El premio Nobel colombiano fue conocido  por su maestría en el arte de narrar, pero se conoció, igualmente, por sus posturas políticas. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro causó mucha controversia en el mundo literario y político.

     Urge apuntar, asimismo, que en ciertas ocasiones, es posible el uso de frases  de estilo libre (es decir composicional o no idiomático) con  significado similar,  y que, aunque no conforman  sinónimos en sentido estricto, tienen el mismo valor cohesivo   desempeñado por la sinonimia  en el texto:

Ej.
Para el viaje España no he pagado absolutamente nada .Me has salido  completamente regalado. Mi padre me compró los billetes de avión, mi madre se ocupó de los gastos de mi estancia  y mi hermana mayor me concedió dos mil  euros como dinero de bolsillo.      

Ø  La antonimia
      El recurso a la antonimia constituye  otro mecanismo  cohesivo relacionado con el uso del léxico. Hablamos de antonimia cuando dos vocablos actúan en la red semántica desarrollando o explicitando una idea por inter-referencia   de dos significados opuestos pero interconectados. Al igual que en el caso de la sinonimia, se establece siempre a partir del texto, del uso concreto que se le da a las palabras y  estriba en establecer  relaciones semánticas de oposición dentro del texto:

Ej.

Y mientras recordaba los desprecios y humillaciones del pasado, oía cómo todos decían ahora que era el más hermoso de los cisnes. (…) Rizó entonces sus alas, alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón: -Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito feo.”[4].

Ø  Las enumeraciones:
    Se trata de las palabras y expresiones que constituyen una enumeración de objetos, personas, escenarios y tiempos que tienen un rasgo en común.
Ej

“LA HUELGA DE LAS VACAS Era la hora de la merienda. Todos los chicos de la ciudad se fueron acomodado en las mesas de las cocinas para tomar la leche con café, con chocolate, con té, con mate (…) y comer pan, galletitas, o torta, según los gustos o lo que hubiera en cada casa”[5].

      En el fragmento de texto anterior podemos distinguir dos ejemplos de enumeraciones: - “con café”, “con chocolate”, “con té” y “con mate”; - “pan”, “galletitas” y “torta”.

Ø  Substitución del hopónimo por un hiperónimo

     La más elemental de las conexiones que puede lograrse a través del léxico es a través de la reiteración de palabras. • Cuando una palabra se repite en el texto nos ayuda a identificar el tema del mismo, dado que aquello que se repite es colocado en situación de relevancia.

“El niño busca su voz. (La tenía el rey de los grillos.) En una gota de agua buscaba su voz el niño.” García Lorca, F.: Federico García Lorca poemas. La Habana, Pueblo y Educación, 1983.
     El uso sistemático de la reiteración depende del tipo de texto. En un texto literario puede aparecer como un recurso estilístico, mientras que en los textos científicos y técnicos la reiteración es inevitable porque el vocabulario específico de las disciplinas científicas no suele tener sinónimos.

b-     Presencia de un campo semántico y cadenas léxicas
      En otros casos, las palabras están relacionadas por su significado porque pertenecen al mismo campo semántico. • Las palabras que integran los campos semánticos comparten un núcleo de significación o rasgo semántico común (sema) y se diferencian por una serie de rasgos semánticos distinguidores.
Ej
CLASES DE ANIMALES QUE FUERON SALVADAS DE LA EXTINCIÓN POR LOS ZOOLÓGICOS En 1984 más de 700 zoológicos en todo el mundo llevan a cabo la protección activa de 145 especies de mamíferos y 170 de aves, así como de una serie de reptiles y anfibios, por medio de la crianza planificada. Adaptado de: Dröscher, V.B.:Renacer

   En el ejemplo anterior se puede distinguir que el campo semántico “clases de animales” integra los conceptos de “mamíferos”, “aves”, “reptiles” y “anfibios”.
Las cadenas léxicas están formadas por palabras que responden al mismo campo de conocimiento y otras que se puede asociar directamente con el tema del texto. • Pueden estar formadas por palabras y frases que pertenecen a un texto.
“procedimiento (…) que otorga al texto la pertenencia a una esfera de saber específico y que guía la comprensión lectora de los receptores. Se trata de palabras o construcciones que “llevan” al lector hacia un tema común.”
“Cuando lee, el lector detecta en la superficie del texto ciertas palabras que responden al mismo campo de conocimiento y, además, otras que él mismo (por sus propios conocimientos) puede asociar directamente con el tema del texto”[6].

   Ej;
EL AJEDREZ El ajedrez es un deporte para dos jugadores, y uno de los juegos de mesa más populares del mundo. Se podría decir que es un juego de guerra, perteneciente a la misma familia que el ajedrez chino y el ajedrez japonés. (…) El ajedrez es jugado tanto recreativa como competitivamente en un club de ajedrez, disputando torneos, en Internet, entre y contra máquinas mediante el ajedrez por computadora. (…) Por ajedrez se conoce también al conjunto de piezas o trebejos de este juego. A las personas que juegan al ajedrez se las denomina ajedrecistas[7]
Elementos de cohesión léxico-gramatical

-          Reemplazo de una palabra por un pronombre (fenómeno de la pronominalización)
-          Uso de los marcadores discursivos,  operadores pragmáticos y conectores lógicos.


       Según Marta Marín (MARÍN, M., 2008:163) los procedimientos cohesivos facilitan la comprensión del texto y la reconstrucción de la coherencia. • Suelen darse en los textos de forma conjunta, y utilizan los recursos del sistema lingüístico.

“Si se hiciera una gradación entre cohesión y tipos de texto, podría decirse que los textos literarios son los que menos cohesión requieren, porque los lectores reconocen y aceptan la libertad con que se trata el lenguaje en esos textos; la ambigüedad es propia de la literatura. Por el contrario, los textos expositivos son los que necesitan mayor cantidad de procedimientos de cohesión que guíen el proceso de lectura; son textos con mayor redundancia y que tratan de evitar la ambigüedad.” Marta Marín (MARÍN, M., 2008:163)

El texto se tiene que concibir , tal como lo sostiene Maria Azucena,  como un “acontecimiento comunicativo”, donde  se ponga en juego la mayor parte de las habilidades superiores del comportamiento  racional humano, como son: capacidad para resolver problemas, para planificar, para idear,   para poner  a prueba y evaluar hipótesis, para emparejar patrones, para procesar con facilidad enunciados que sean esperables o previsibles, o enunciados inesperados o inesperables, para reducir la complejidad contrarrestando las limitaciones de procesamiento, para seleccionar el foco de atención, para coordinarse de un modo efectivo con otros participantes en la interacción y, por último, para mantener activada la continuidad de la experiencia.[8] No obstante ay que dejar patentemente establecido que  un texto no es sólo cohesión y coherencia, pues como lo afirma Teun van Djik,  “un texto es un acontecimiento comunicativo que cumple siete normas de TEXTUALIDAD. Si un texto no satisface alguna de esas normas entonces no puede considerarse que ese texto sea comunicativo.”.. De ahí viene la importancia de aspectos fundamentales como por ejemplo la adecuación, la corrección etc.

 
     La adecuación  

      La adecuación  constituye otra  propiedad textual de suma importancia ya que es la que permite que  los  distintos componentes  lingüísticos  utilizados en el texto  vengan bien seleccionados  para que vayan en consonancia  con  la situación comunicativa en cuestión. De hecho podemos afirmar que un texto adecuado puede presentar un registro sea   formal sea  informal, dependiendo de la contexto de comunicación.  La adecuación  significa igualmente ajustar/adaptar la producción lingüística al género textual  (carta, obituario, epitafio, etc.).  
   Se puede decir que un texto se instituirá  como  adecuado en caso de que se recurra en él a un registro que vaya en consonancia con  la situación comunicativa, el canal empleado y la relación cognitiva establecida entre el emisor y el receptor potencial del texto. Es justamente por la importancia de todos estos factores extratextuales que Juan Pedro Rodríguez Guzmán define la adecuación en los términos siguientes:

   Conforme se va confeccionando el texto, el escritor ha de tener siempre muy presente  que, independientemente del tipo de escrito que desee realizar, ha de proceder en todo momento a una adecuación del texto con respecto a cualquier elemento que vaya a tener relación posterior con su escrito: el tema ha de ser adecuado al mismo emisor, pues de nada sirve que el emisor trate sobre un tema que no conoce él mismo; ha de adecuarse también al receptor. Pues, de nada sirve escribir un texto para lectores que no van a poder entenderlo; ha de adecuarse, asimismo, a la situación comunicativa, al registro que pide el tema, a la intención pretendida, etc.[9]

“El texto es una forma de actividad humana. No tiene sentido por sí mismo sino a la interacción que se establece entre el CONOCIMIENTO PRESENTADO EN EL TEXTO y el CONOCIMIENTO DEL MUNDO ALMACENADO EN LA MEMORIA de los interlocutores” Petofi, 1974.

 La corrección 

    La corrección  gramatical constituye un rasgo inherente de cualquier texto que opta por  un registro formal. En este sentido, los yerros   o las imprecisiones pueden ser de dos categorías:
1)      El uso de los vulgarismos: se trata  de coloquialismos  no normativos, es decir,  formas expresiones  lingüísticas  admisibles sólo en el registro coloquial.  Se supone que el registro culto dispone de voces, palabras y locuciones  que pueden substituir a estos vulgarismos.
2)      El uso de barbarismos, o sea de elementos lingüísticos no considerados incorrectos por ser resultado de una  interferencia con otro idioma (galicismos, anglicismos, etc.).
     Hay que señalar a estas alturas que tanto el llamado vulgarismos como el fenómeno del  barbarismo, pueden afectar diferentes niveles lingüísticos:
-          Morfológico: Si  el error en cuestión afecta aspectos relativos al género, número o conjugación verbal.
-          Sintáctico: si se la incorrección tiene que ver con  aspectos de conexión, tales como el orden de los constituyentes dentro de una frase,  la pronominalización , etc.
-          Léxico: estriba en pecar por el uso de palabras y voces  inadmisibles   por las normas de la lengua de expresión,
-          -Semántico: cuando a una palabra o locución se les da un significado que tienen (generalmente por problemas de interferencia lingüística).
-          Prosódico y ortográfico: En los textos orales se supone que se debe optar por las formas de pronunciación estándar, neutra para evitar los problemas de interpretación que pueden resultar de ciertas variedades fonéticas. En los textos escritos,  los errores de ortografía,  cometidos por desconocimiento de la norma o por influencia  de fenómenos  como la homofonía, son algunas de las equivocaciones ortográficas que pueden generar  una mala interpretación estorbando así el proceso comunicativo.

INTENCIONALIDAD

Se refiere a la actitud  del emisor  de un texto que , mediante todas sus competencias textuales intenta presentar un texto  –cohesionado y coherente-  con el propósito de de logra una determinada finalidad, o sea satisfacer una intención . Esta puede ser simplemente, divulgar una serie de conocimientos,  lograr los objetivos de un proyecto,  cambiar las actitudes de sus interlocutores, producir en ellos un determinado efecto: placer;  extrañamiento,  etc. o cumplir una función discursiva de índole socio-cultural: persuadirlos para que adopten creencias o opiniones o disuadirlos para que cambien de actitud o de comportamiento, etc.

ACEPTABILIDAD

 Se trata de un componente textual, íntimamente que interactúa dinámicamente con todos las demás  propiedades y,  sobre todo, con  el constituyente de informatividad. Tiene que ver con el involucramiento de lector/oyente  y su voluntad de activar sus conocimientos lingüísticos y cognitivos y recurrir a su competencia lectora para reconocer en el enunciado,  oído o leído, el cumplimiento de las normas de cohesión y coherencia y, por ende, la relevancia necesaria que hace del texto, en cuestión, una expresión verbal capaz de  legitimar   la cooperación en un proyecto comunicativo, vehicular conocimientos, etc.  

Informatividad

    Hablar y escribir suponen, generalmente,  que se trata de una actividad practicada para comunicar datos e informaciones  nuevos  para contribuir a la construcción del saber, o sea para  ir más allá de la zona de lo obvio y evidente. 

       Según los postulados de la Teoría de la Pertinencia desarrollada por Sperber y Wilson (1986), toda actuación interpretativa implica, forzosamente, una actividad encaminada a dotar al discurso de un sentido. La reconstrucción de este último ha de llevarse a cabo mediante el procesamiento de las informaciones contenidas en el texto o referidas por él. La mente se instaura, en este marco, como un factor imprescindible, ya que permite el recurso a unas estrategias cognitivas con el fin de resolver conflictos ciertos cognitivos y construir conocimientos valorando las informaciones nuevas, su pertinencia y su interés y acomodándolas con las  ya adquiridas en experiencias anteriores.    

       La informatividad se instituye como una norma/propiedad textual vinculada, esencialmente, con  el carácter de impredecibilidad o predecibilidad de de los datos que articulan la red de informaciones expuestas en el texto. Según este principio, todo texto implica un producto informativo construido en torno a un tema  determinado. No obstante, el procesamiento productor ha de tener en cuanto la norma de producción relativa a las relaciones establecidas lógicamente entre las dicotomías de lo esperado/ inesperado,  conocido/ desconocido, incierto/ cierto, etc.  
 
    Esto significa que la informatividad no es exclusiva a los textos “informativos”[10], llamados igualmente expositivos, sino que es una norma que entra en juego a la hora de  producir cualquier tipo de texto  con vistas a procesar  y organizar sus datos en función de un tratamiento que aporte algo nuevo a lo ya conocido.

     Oswald  Ducrot define la informatividad como “una de las leyes discursivas[11], entendidas éstas como una serie de normas reguladoras del acto comunicativo dentro de una comunidad de habla determinada. Se trata de principios básicos cuya aplicación  en el texto suministra al lector datos e indicios inferenciales que le permiten determinar la intención  del autor.  De hecho, lo que Ducrot llama “ley de informatividad” va, a nuestro modo de ver,  más allá de la “máxima de estricta informatividad” descrita por Paul Grice (1975: 41-52) en el marco de la teoría cognitiva basada en el “principio de cooperación”. Pues, si la categoría de informatividad para el lingüista y filósofo británico se refiere a la cantidad de infamaciones y a la obligación de corresponder a la intención comunicativa sin exceso (es decir no informar más de lo debido),  el lingüista francés propone su “ley de informatividad” como norma  que increpa y reprueba el hecho  exponer informaciones conocidas, que obviamente implican la ausencia de la intención de construir un conocimiento nuevo.  

Situacionalidad              
         La situacionalidad se instituye como la norma que implica que es básicamente la situación donde se produce el texto es la que rige las implicaciones comunicativas del uso y los alcances del sentido  que se quiere expresar. 

 Intertextualidad

    En la hipótesis formulada en su estudio sobre la intertextualidad, Lemke 1985: 275  alega que “cada texto, el discurso da cada ocasión, tiene sentido en parte a través de las relaciones implícitas y explicitas con otros texto, con el discurso de otras ocasiones”. Para el estudio de las manifestaciones intertextuales en una determinada producción textual, este autor propone tres niveles de análisis de índole semiótica:   

-          Nivel 1- El estudio del sistema lingüístico y sus correspondientes estructuras manejadas en la relación dialógica entre los textos,
-          Nivel 2- El examen de las normas y paradigmas de la interacción social
-          Nivel 3- El análisis del sistema abstracto de las correlaciones de tipo temático que sirven intratextualmente de enlace entre las partes del texto e intertextualmente las que conectan éste con otros textos[12].      

       Relacionando el fenómeno de la intertextualidad con la teoría clásica del género, este autor propone una taxonomía intertextual basada en cuatro modalidades:

1-      Intertextualidad genérica:
2-      Intertextualidad temática:
3-      Intertextualidad estructural:
4-      Intertextualidad funcional:

         Partiendo de las reflexiones sobre el “dialogismo” bakhtiniano, Julia Kristeva (1969) instituye el concepto de intertextualidad para referirse a las ineludibles relaciones que toda producción textual tiene con otros textos producidos con anterioridad. Pues, para ella, “todo texto se construye como un masaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto » (p.85). Roland Barthes (1975: 996), por su parte, adopta es idea y la desarrolla a su modo afirmando:

Todo texto es un intertexto, otros textos están presentes en él, en niveles variables, bajo formas más o menos reconocibles; los textos de la  cultura anterior y los de la cultura contemporánea o del entorno, todo texto es un tejido nuevo de citas. Pasan al texto, redistribuidos en él trozos de coodigos, de formulas, de modelos rítmicos, fragmentos de usos sociales, etc. porque siempre hay lenguaje antes del texto y alrededor  de él. La intertextualidad, condición de texto, sea el que sea, no se reduce evidentemente a un problema de fuentes o de influencias; el intertexto es un campo  general de fórmulas anónimas, en cuyo origen raramente se repara, de citas inconscientes o automáticas, dadas sin comillas [13].              

          Definiendo el texto desde la perspectiva de su confluencia con los demás textos, Julia Kristeva[14] lo define como un resultado de intertextualidad, un «aparato translinguistique » donde se ha de tener en cuenta la relación de la producción con la propia lengua y con lo anteriormente escrito y que, en términos de Gérard Genette, conforma el conjunto de los « hipertextos ». El texto, de este modo, se convierte en un espacio de cruzamiento donde se neutralizan varios elementos extratextuales.

    Puede afirmarse que, definida en términos de correlación  de “co-presencia”, de “comentario”, de género, etc.[15],  la intertextualidad sirve, tal como lo afirma Ndagano Biringanine, “para esclarecer la relación que el sujeto establece con la lengua, la cultura y sus códigos ideologicos” (Khristine Ramat, 2010: 195) .
    
Intencionalidad
  En su obra, Los límites de la interpretación, Umberto Eco establece una calcificación tripartita de la intención discursiva: 1- la intentio auctoris, relativa al autor, la intentio operis que se refiere al propio texto y 3- la intencio lectoris que tiene aue ver con el lector. (1992: 28-32).

Los principios regiladores:

  Beaugrande y Dressler consideran los siete criterios arriba  mencionados  como “principios constitutivos” de todo autético acto comunicativo  que vehicula los textos como ùedio de interacción verbal. No obstante, los dos teóricos sostienen que la efectividad de  toda comunicación depende; en este sentido, de unos “principios regulativos” que aunque no definen el texto permiten el control de la actividad comunicativa através de él.  Estos factores elementales control son de tres categorías:

1-      La Eficiencia: Depende del grado de compromiso en el uso de un texto por parte  de los actuantes en  la actividad comunicativa (autor/lecto; Hablante/oyente): el propósito comunicativo debe lograrse buscando la forma maas económica posible,  esos es sin informar en demasía.   
2-      La efectividad o eficacia: Depende de del efecto (impacto, impresión, etc) que la lectura (o escucha)  produce en el lector/oyente.  Es decir que, que va determinada por los actos performativos y, por tanto,  la función apelativa del lenguaje  consistente en hacer que el interlocutor reaccione o haga algo.  texto  impresión dejada por un texto, que debe ser capaz de llevar a cabo su función. Generalmente, la comunicación escrita suele ser más efectiva que la oral. Esto se debe a que  las estrategias  usadas en un texto escrito (grafías, esquemas,  iconos, etc.) hacen que la transmisión  de informaciones sea más cómoda y más memorable.  
3-      La propiedad: Es un principio que actúa para determinar una lógica y equilibrada  relación entre  el contenido (lo que se dice) y  el cumplimiento de las normas de textualidad.
Se trata, en suma de una condición de idoneidad  que se impone como premisa reglamentaria con el propósito de  mediar factores opuestos  e  indicar, en cada situación, cuál es el equilibrio adecuado  entre lo convencional y no convencional, lo consabido y lo inédito.   
  
     Todo nos lleva a concluir que el posicionamiento de la LT supone que el texto ha de entenderse como todo enunciado o entidad  proposicional articulada en un determinado contexto,  con miras a desempeñar una función comunicativa y cuya estructura va regida por unas  determinadas normas  de textualidad. Estas propiedades de textura operan en el  entramado  textual para comunicar un mensaje recurriendo a al uso del lenguaje y en función de un sentido global construido a base de formulas expresivas y proposiciones sintáctico gramaticales, que no han de concebirse en su dimensión lineal, eso es como segmentos simplemente concatenados cuyos significados viene igualmente  yuxtapuestos. Pues , el texto es una unidad semántica compleja que supone la existencia de toda una red de estructuras que según Gerardo Ribeiro Toral (2003:50)  “se presentan en varios niveles de manera interrelacionada y que, desde las diferentes perspectivas dice un sentido, pero al mismo tiempo, permite que construyamos un sentido sobre él, y con él”.      
                                                    










[1] - Amparo Hurtado Albir, La enseñanza de la traducción, Castelló de la Palma, Publicacions de la Universitat Jaume I, 1996, p.73.

[2] - Paloma Palao, Resurrección de la memoria, Barcelona, Ed. Victor Pozanco, 1978 , p.13.
[3] - Para el estudio del  concepto de "frase sinónima" remitimos, por ejemplo,  al estudio de Guillermo Suaza Pascual , Abecedario de dichos y frases hechas, Madrid, EDAF, 1999.    
[4]-Andersen. H.C.: El patito feo. En línea: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/patito.h tm [citado 23 – 04 – 2010]
[5] - Kaufman, A.M. El multicuaderno de Copete 2. Buenos Aires, Santillana, 1991.
[6] -Ministerio de Educación. Ciencia y Tecnología. Presidencia de la Nación – O. E. I (2007): Lengua y comunicación. Explicación, argumentación y diálogo. Módulos de Enseñanza Semipresencial. Buenos Aires, Argentina. En
línea:http://www.educ.ar/educar/kbee:/educar/content/portalcontent/taxonomia-recursos/recurso/9037e8fd-2553-4108-8d64- 7efd8376aef0.recurso/6b60ee57-73c2-4069-881c-07c1e0239f14/lenguaexplicacion1.pdf [citado 23 – 04 – 2010]
[7] - Adaptado de http://es.wikipedia.org. [citado 23 – 04 – 2010]

[8] - María Azucena Penas y Rosario González, Estudio sobre el texto; nuevos enfoques y propuestas, Frankfurt, Peter Lang, 2009, p.  
[9] - Gramática grafica al juampedrino modo, Ediciones,   Jaén, Carena, 2005, p.560.
[10]-  Para la noción de « texto informativo »  remitimos a  la definición propuesta por Richard Lerch : « Le texte informatif, encore appelé texte explicatif ou parfois texte d'exposition, se caractérise par la transmission neutre d'informations dans divers domaines»(2005 : 13).
[11] -  Dice L Ducrot “On admet que la collectivité linguistique, à l’intérieur de laquelle se déroule le processus de communication impose à l’acte d’énonciation certaines normes que j’appelle « lois du discours »Le respect ou non –respect de ces lois représente pour le destinataire une source d’informations, et le points de départ d’hypothèses sur le sens visé par le locuteur » (1984: 24) .
[12] -   Una propuesta similar de estudio de la intertextualidad la encontramos en el estudio elaborado por Jouve 1992: 46 . Pues, este tratadista afirma que “el valor de la intertextualidad se halla tanto a nivel del enunciado como a nivel de la enunciación”.
[13]  “Tout texte est un intertexte; d’autres textes sont présents en lui, à des niveaux variables, sous des formes plus au moins reconnaissable: les textes de la culture antérieure et ceux de la culture environnante ; tout texte est un tissu nouveau de citations révolues … L-intertexte est un champ général de formules anonymes, dont l »origine est rarement reperable, de citations inconscientes ou automatiques, données sans guillemet »
[14] - Dice Julia Kristeva :   «Nous définissons le texte comme un appareil translinguistique qui redistribue l’ordre de la langue(… ). Le texte est donc une productivité, ce qui veut dire : 1. Son rapport à la langue dans laquelle il se situe est redistributif (destructivo-constructif) (…). 2 il est une permutation de textes, une intertextualité : dans l’espace d’un texte plusieurs énoncés, pris à d’autres textes, se croisent et se neutralisent » :(1969: 113).
[15] - Es sabido que Gérard Genette  (1982: 9),  usa, en este contexto, el término “transtextualidad” para referirse a varios tipos de relaciones que se pueden establecer entre un texto y otros. Establece una clasificación en que habla de cinco modalidades: 1- Intertextualidad como « relation de coprésence entre deux ou plusieurs textes » concebida como “présence effective d'un texte dans un autre ”: la cita literal, el plagio y la ilusión o referencia indirecta son algunos de los mecanismos de esta modalidad de transtextualidad; 2- la paratextualidad o relación establecida entre el texto y sus paratextos ( Titulo, epígrafe, notas, epilogos, etc.); 3-Metatextualidad una especie de “comentario” que supone que el texto habla de otro u otros textos sin mencionarlos; 4- Architextualidad, corresponde según,  Genette,  al “« L'ensemble des catégories genérales, ou transcendentes” es decir a la tipología discurssiva , al modo de enunciación o al género textual al cual pertenece el texto estudiado; 5- Hipertextualidad o “"toute relation unissant un texte B (hypertexte) á un texte A antérieur (hipotexte) sur lequel il se greffe d'une maniére qui n'est pas celle du commentaire" (p. 1 1), esta última modalidad se basa sea en la transformación sea en la imitación del hipertexto.      

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