Podemos
definir la cohesión textual como “la red de relaciones tipográficas, léxicas
y gramaticales que da forma a un texto”[1]. No
obstante debido a la sinergia estructural que se establece entre las dos
propiedades más importantes de la textualidad; la cohesión y la
coherencia, tenemos que señalar que
estamos hablando de unos componentes lingüísticos que hacen posible la
coherencia del texto. Pues, como lo apunta A. García Berrio (1978; 57) “la
coherencia o congruencia, a nivel de la
forma textual, se traduce en el conjunto de mecanismos lingüísticos de cohesión”.
Del mismo modo, R. Beaugrande y W. Dressler alegan que “la cohesión de la
superficie del texto descansa sobre la coherencia presupuesta del mundo textual”
(1981:70).
Elementos de cohesión gramatical;
a-
Referencia:
Ø endofórica
Ø exofórica:
b-
La
elipsis: se refiere, generalmente, a la omisión de un constituyente lingüístico que se
sobreentiende por las implicaciones de los elementos contextuales. Las teorías
tradicionales han explicado este fenómeno en tanto que figura de construcción,
pero lo han interpretado como factor de
economía y como recurso de estilo. Cegalla, por ejemplo, restringe el empleo de este mecanismo gramatical al aspecto puramente estilístico y lo
interpreta como estrategia que confiere “elegancia y concisión” a los
enunciados (1988: 519).
No obstante, si la elegancia es un aspecto retórico, la concisión, por
relacionarse estrictamente con una cuestión de
sentido, sea en la esfera oracional o textual, se instaura como un
mecanismo de cohesión. Pues, según Halliday,
la noción de elipsis se refiere a “algo no dicho pero sobreentendido” (1976);
lo que implica que el lenguaje en uso no funciona en situaciones comunicativas
siempre en función de lo que se dice, o sea puede depender de lo implícito:
algo que se ha dicho antes, o se dirá después o que forma parte del
conocimiento de mundo y, por tanto, no hace falta decirlo sino solamente dejar
que se sobreentienda contextualmente.
Sin
embargo, Halliday y Hassan 1976 afirman que la elepsis no corresponde a una
simple información omitida ni tampoco una mera ausencia de la evidencia formal.
Para que podamos hablar de una elipsis hace falta que el enunciado textual
contenga una secuencia anterior que permite la presuposición del sentido del
segmento elíptico. Éste queda suplantado por una vacuidad estructural que
algunos lingüistas, aparte de Halliday y Hassan denominan “substitución por
cero”. Veamos cómo funciona este procedimiento en los versos siguientes de
Paloma Palao[2]:
La
caída de tanta ruina despreciada,
de
tanto silencio
Te
ata a tu sueño,
a lo que tú quisieras
despertar.
Notamos que en la estructura superficial
de los enunciados, que conforman estos cuatro versos, hay una substitución por
elipsis que puede interpretarse incrustando el término elíptico “la caída” para
combinarlo con el sintagma prepositivo “de tanto silencio” y la estructura
verbal omitida “Te ata” para que
preceda al segmento oracional que
funciona como complemento de régimen:
Desde
el punto de vista gráfico se ve cómo se recurre al uso de la coma,
justamente, para indicar la omisión
de un segmento referente por haber sido
mencionado con anterioridad:
[La
caída …] [Ɵ] de tanto silencio
[Te
ata …] [Ɵ] lo que tuu quisieras despertar.
Elementos
de cohesión léxica:
a-
Reiteración:
repetición de palabras a base de distintos procedimientos tales como:
Ø Recurrencia:
Ø Sinonimia:
repetición semántica que consiste en suplantar una palabra por otra que dispone
de las mismas propiedades sémicas y que, por tanto, cumple la misma función
semántico- referencial, en virtud de una relación de sinonimia:
Ej
En aquel día
fúnebre y lúgubre nuestro padre
nos ha hablado tan seriamente, tan solemnemente que sus palabras nos parecieron
muy claras e inequívocas que no admitían ni duda ni equivocación y que nos dejaron a todos muy pasmados y
aleados pero, al mismo tiempo, absortos y meditabundos.
La relación de sentido se evidencia claramente con el recurso a la
sinonimia establecida entre varios pares de lexías: fúnebre/lúgubre, seriamente/
solemnemente, claras/inequívocas, pasmados/aleados, absortos/meditabundos,
sin pasar por alto la expresión "que no admite ni duda ni equivocación"
que representa, en esta red de relación
de significados, una frase sinónima portadora de una significación análoga a la del vocablo "inequívoco".
No obstante, al hablar aquí de esta
categoría de de reiteración semántica, no nos referimos sólo al nivel
propiamente léxico, sino de igual modo,
al nivel frástico, puesto que existen en la lengua locuciones verbales y
estructuras lexicalizadas, como las unidades fraseológicas de equivalente
sentido. La sinonimia es, entonces, un
recurso que otorga cohesión al texto acudiendo a expresiones de idéntico
significado, es decir frases sinónimas[3],
con vistas a unos determinados
propósitos expresivos (explicación, matización, etc.):
Ej.
No le gustó el hecho de que le mandaran a
hacer puñetas. ¿Cómo se atrevieron a mandarle a hacer gárgaras? Nadie se
atrevió antes a echarle de algún lugar; nadie le despidió desabridamente o le
contestó con desconsideración. Ahora que le estaban mandando a paseo, a freír
espárragos, a freír monas, se sitia muy humillado y con el orgullo abatido.
En cuanto a la sinonimia, como recurso
de substitución dentro del texto, hay que dejar claro que implica la
conmutación de un vocablo o expresión por otro vocablo u otra expresión -de parecido significado- ya mencionados anteriormente. El principio
cohesivo regidor, en este sentido, es desde luego la preocupación por no repetir las misas
palabras en el texto. No obstante, debido a la inexistencia de la sinonimia
perfecta, hay que señalar que esta substitución recurre comúnmente a la llamada
sinonimia contextual, eso es, la relación de analogía de sentido admitida por
el contexto –o situación comunicativa-:
Gabriel García Márquez era un escritor
muy profuso. La obra de este representante del realismo mágico fue traducida
a más de treinta idiomas y
galardonada por muchos premios de
prestigio internacional. Gabo no sólo escribió libros de ficción, sino también obras de teatro. El premio Nobel colombiano
fue conocido por su maestría en el arte
de narrar, pero se conoció, igualmente, por sus posturas políticas. Su
amistad con el líder cubano Fidel Castro
causó mucha controversia en el mundo literario y político.
Urge apuntar, asimismo, que en ciertas
ocasiones, es posible el uso de frases
de estilo libre (es decir composicional o no idiomático) con significado similar, y que, aunque no conforman sinónimos en sentido estricto, tienen el
mismo valor cohesivo desempeñado por la sinonimia en el texto:
Ej.
Para
el viaje España no he pagado absolutamente nada
.Me has salido completamente regalado.
Mi padre me compró los billetes de avión, mi madre se ocupó de los gastos de mi
estancia y mi hermana mayor me concedió
dos mil euros como dinero de
bolsillo.
Ø La antonimia
El recurso a la antonimia constituye otro mecanismo
cohesivo relacionado con el uso del léxico. Hablamos de antonimia cuando
dos vocablos actúan en la red semántica desarrollando o explicitando una idea por
inter-referencia de dos significados opuestos pero
interconectados. Al igual que en el caso de la sinonimia, se establece siempre
a partir del texto, del uso concreto que se le da a las palabras y estriba en
establecer relaciones semánticas de
oposición dentro del texto:
Ej.
Y
mientras recordaba los desprecios y humillaciones del pasado, oía cómo todos
decían ahora que era el más hermoso de los cisnes. (…) Rizó entonces sus alas,
alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón: -Jamás soñé
que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito
feo.”[4].
Ø Las enumeraciones:
Se trata de las palabras y expresiones que
constituyen una enumeración de objetos, personas, escenarios y tiempos que
tienen un rasgo en común.
Ej
“LA HUELGA DE
LAS VACAS Era la hora de la merienda. Todos los chicos de la ciudad se fueron
acomodado en las mesas de las cocinas para tomar la leche con café, con
chocolate, con té, con mate (…) y comer pan, galletitas, o torta, según los gustos
o lo que hubiera en cada casa”[5].
En el fragmento de texto anterior podemos
distinguir dos ejemplos de enumeraciones: - “con café”, “con chocolate”, “con
té” y “con mate”; - “pan”, “galletitas” y “torta”.
Ø Substitución del hopónimo
por un hiperónimo
La más elemental de las conexiones que
puede lograrse a través del léxico es a través de la reiteración de palabras. •
Cuando una palabra se repite en el texto nos ayuda a identificar el tema del
mismo, dado que aquello que se repite es colocado en situación de relevancia.
“El niño
busca su voz. (La tenía el rey de los grillos.) En una gota de agua buscaba su
voz el niño.” García Lorca, F.: Federico García Lorca poemas. La Habana, Pueblo
y Educación, 1983.
El uso sistemático de la reiteración
depende del tipo de texto. En un texto literario puede aparecer como un recurso
estilístico, mientras que en los textos científicos y técnicos la reiteración
es inevitable porque el vocabulario específico de las disciplinas científicas
no suele tener sinónimos.
b-
Presencia
de un campo semántico y cadenas léxicas
En otros casos, las palabras están
relacionadas por su significado porque pertenecen al mismo campo semántico. •
Las palabras que integran los campos semánticos comparten un núcleo de significación
o rasgo semántico común (sema) y se diferencian por una serie de rasgos
semánticos distinguidores.
Ej
CLASES
DE ANIMALES QUE FUERON SALVADAS DE LA EXTINCIÓN POR LOS ZOOLÓGICOS En 1984 más
de 700 zoológicos en todo el mundo llevan a cabo la protección activa de 145
especies de mamíferos y 170 de aves, así como de una serie de reptiles y
anfibios, por medio de la crianza planificada. Adaptado de: Dröscher,
V.B.:Renacer
En el ejemplo anterior se puede distinguir
que el campo semántico “clases de animales” integra los conceptos de
“mamíferos”, “aves”, “reptiles” y “anfibios”.
Las cadenas
léxicas están formadas por palabras que responden al mismo campo de
conocimiento y otras que se puede asociar directamente con el tema del texto. •
Pueden estar formadas por palabras y frases que pertenecen a un texto.
“procedimiento
(…) que otorga al texto la pertenencia a una esfera de saber específico y que
guía la comprensión lectora de los receptores. Se trata de palabras o
construcciones que “llevan” al lector hacia un tema común.”
“Cuando lee,
el lector detecta en la superficie del texto ciertas palabras que responden al
mismo campo de conocimiento y, además, otras que él mismo (por sus propios
conocimientos) puede asociar directamente con el tema del texto”[6].
Ej;
EL
AJEDREZ El ajedrez es un deporte para dos jugadores, y uno de los juegos de
mesa más populares del mundo. Se podría decir que es un juego de guerra,
perteneciente a la misma familia que el ajedrez chino y el ajedrez japonés. (…)
El ajedrez es jugado tanto recreativa como competitivamente en un club de
ajedrez, disputando torneos, en Internet, entre y contra máquinas mediante el
ajedrez por computadora. (…) Por ajedrez se conoce también al conjunto de
piezas o trebejos de este juego. A las personas que juegan al ajedrez se las
denomina ajedrecistas[7].
Elementos
de cohesión léxico-gramatical
-
Reemplazo
de una palabra por un pronombre (fenómeno de la pronominalización)
-
Uso
de los marcadores discursivos,
operadores pragmáticos y conectores lógicos.
Según Marta Marín (MARÍN, M., 2008:163)
los procedimientos cohesivos facilitan la comprensión del texto y la
reconstrucción de la coherencia. • Suelen darse en los textos de forma
conjunta, y utilizan los recursos del sistema lingüístico.
“Si
se hiciera una gradación entre cohesión y tipos de texto, podría decirse que
los textos literarios son los que menos cohesión requieren, porque los lectores
reconocen y aceptan la libertad con que se trata el lenguaje en esos textos; la
ambigüedad es propia de la literatura. Por el contrario, los textos expositivos
son los que necesitan mayor cantidad de procedimientos de cohesión que guíen el
proceso de lectura; son textos con mayor redundancia y que tratan de evitar la
ambigüedad.” Marta Marín (MARÍN, M., 2008:163)
El texto se tiene que concibir , tal como lo
sostiene Maria Azucena, como un
“acontecimiento comunicativo”, donde se
ponga en juego la mayor parte de las habilidades superiores del
comportamiento racional humano, como
son: capacidad para resolver problemas, para planificar, para idear, para poner
a prueba y evaluar hipótesis, para emparejar patrones, para procesar con
facilidad enunciados que sean esperables o previsibles, o enunciados
inesperados o inesperables, para reducir la complejidad contrarrestando las
limitaciones de procesamiento, para seleccionar el foco de atención, para
coordinarse de un modo efectivo con otros participantes en la interacción y,
por último, para mantener activada la continuidad de la experiencia.[8]. No obstante ay que dejar patentemente
establecido que un texto no es sólo
cohesión y coherencia, pues como lo afirma Teun van Djik, “un texto es un acontecimiento comunicativo
que cumple siete normas de TEXTUALIDAD. Si un texto no satisface alguna de esas
normas entonces no puede considerarse que ese texto sea comunicativo.”.. De ahí
viene la importancia de aspectos fundamentales como por ejemplo la adecuación,
la corrección etc.
La adecuación
La adecuación constituye otra propiedad textual de suma importancia ya que
es la que permite que los distintos componentes lingüísticos
utilizados en el texto vengan
bien seleccionados para que vayan en
consonancia con la situación comunicativa en cuestión. De
hecho podemos afirmar que un texto adecuado puede presentar un registro sea formal
sea informal, dependiendo de la contexto
de comunicación. La adecuación significa igualmente ajustar/adaptar la
producción lingüística al género textual (carta, obituario, epitafio, etc.).
Se puede decir que un texto se
instituirá como adecuado en caso de que se recurra en él a un
registro que vaya en consonancia con la
situación comunicativa, el canal empleado y la relación cognitiva establecida
entre el emisor y el receptor potencial del texto. Es justamente por la
importancia de todos estos factores extratextuales que Juan Pedro Rodríguez
Guzmán define la adecuación en los términos siguientes:
Conforme se va confeccionando el texto, el
escritor ha de tener siempre muy presente
que, independientemente del tipo de escrito que desee realizar, ha de
proceder en todo momento a una adecuación del texto con respecto a cualquier
elemento que vaya a tener relación posterior con su escrito: el tema ha de ser
adecuado al mismo emisor, pues de nada sirve que el emisor trate sobre un tema
que no conoce él mismo; ha de adecuarse también al receptor. Pues, de nada
sirve escribir un texto para lectores que no van a poder entenderlo; ha de
adecuarse, asimismo, a la situación comunicativa, al registro que pide el tema,
a la intención pretendida, etc.[9]
“El texto es una forma de
actividad humana. No tiene sentido por sí mismo sino a la interacción que se
establece entre el CONOCIMIENTO PRESENTADO EN EL TEXTO y el CONOCIMIENTO DEL
MUNDO ALMACENADO EN LA MEMORIA de los interlocutores” Petofi, 1974.
La corrección
La corrección gramatical constituye un rasgo inherente de
cualquier texto que opta por un registro
formal. En este sentido, los yerros o
las imprecisiones pueden ser de dos categorías:
1)
El
uso de los vulgarismos: se trata de
coloquialismos no normativos, es decir, formas expresiones lingüísticas admisibles sólo en el registro coloquial. Se supone que el registro culto dispone de
voces, palabras y locuciones que pueden
substituir a estos vulgarismos.
2)
El
uso de barbarismos, o sea de elementos lingüísticos no considerados incorrectos
por ser resultado de una interferencia con
otro idioma (galicismos, anglicismos, etc.).
Hay que señalar a estas alturas que tanto
el llamado vulgarismos como el fenómeno del
barbarismo, pueden afectar diferentes niveles lingüísticos:
-
Morfológico:
Si el error en cuestión afecta aspectos relativos
al género, número o conjugación verbal.
-
Sintáctico:
si se la incorrección tiene que ver con
aspectos de conexión, tales como el orden de los constituyentes dentro
de una frase, la pronominalización ,
etc.
-
Léxico:
estriba en pecar por el uso de palabras y voces
inadmisibles por las normas de
la lengua de expresión,
-
-Semántico:
cuando a una palabra o locución se les da un significado que tienen
(generalmente por problemas de interferencia lingüística).
-
Prosódico y
ortográfico: En los textos orales se supone que se debe optar por las
formas de pronunciación estándar, neutra para evitar los problemas de
interpretación que pueden resultar de ciertas variedades fonéticas. En los
textos escritos, los errores de
ortografía, cometidos por
desconocimiento de la norma o por influencia
de fenómenos como la homofonía,
son algunas de las equivocaciones ortográficas que pueden generar una mala interpretación estorbando así el
proceso comunicativo.
INTENCIONALIDAD
Se refiere a
la actitud del emisor de un texto que , mediante todas sus competencias
textuales intenta presentar un texto
–cohesionado y coherente- con el
propósito de de logra una determinada finalidad, o sea satisfacer una intención
. Esta puede ser simplemente, divulgar una serie de conocimientos, lograr los objetivos de un proyecto, cambiar las actitudes de sus interlocutores,
producir en ellos un determinado efecto: placer; extrañamiento, etc. o cumplir una función discursiva de
índole socio-cultural: persuadirlos para que adopten creencias o opiniones o
disuadirlos para que cambien de actitud o de comportamiento, etc.
ACEPTABILIDAD
Se trata de un componente textual, íntimamente
que interactúa dinámicamente con todos las demás propiedades y, sobre todo, con el constituyente de informatividad. Tiene que
ver con el involucramiento de lector/oyente
y su voluntad de activar sus conocimientos lingüísticos y cognitivos y
recurrir a su competencia lectora para reconocer en el enunciado, oído o leído, el cumplimiento de las normas
de cohesión y coherencia y, por ende, la relevancia necesaria que hace del
texto, en cuestión, una expresión verbal capaz de legitimar la cooperación en un proyecto comunicativo,
vehicular conocimientos, etc.
Informatividad
Hablar
y escribir suponen, generalmente, que se
trata de una actividad practicada para comunicar datos e informaciones nuevos
para contribuir a la construcción del saber, o sea para ir más allá de la zona de lo obvio y
evidente.
Según los postulados de la Teoría de
la Pertinencia desarrollada por Sperber y Wilson (1986), toda actuación
interpretativa implica, forzosamente, una actividad encaminada a dotar al
discurso de un sentido. La reconstrucción de este último ha de llevarse a cabo mediante
el procesamiento de las informaciones contenidas en el texto o referidas por
él. La mente se instaura, en este marco, como un factor imprescindible, ya que
permite el recurso a unas estrategias cognitivas con el fin de resolver
conflictos ciertos cognitivos y construir conocimientos valorando las
informaciones nuevas, su pertinencia y su interés y acomodándolas con las ya adquiridas en experiencias
anteriores.
La informatividad se instituye como una
norma/propiedad textual vinculada, esencialmente, con el carácter de impredecibilidad o
predecibilidad de de los datos que articulan la red de informaciones expuestas
en el texto. Según este principio, todo texto implica un producto informativo
construido en torno a un tema
determinado. No obstante, el procesamiento productor ha de tener en
cuanto la norma de producción relativa a las relaciones establecidas
lógicamente entre las dicotomías de lo esperado/ inesperado, conocido/ desconocido, incierto/ cierto, etc.
Esto significa que la informatividad no es
exclusiva a los textos “informativos”[10],
llamados igualmente expositivos, sino que es una norma que entra en juego a la
hora de producir cualquier tipo de
texto con vistas a procesar y organizar sus datos en función de un
tratamiento que aporte algo nuevo a lo ya conocido.
Oswald Ducrot define la informatividad como “una
de las leyes discursivas”[11],
entendidas éstas como una serie de normas reguladoras del acto comunicativo
dentro de una comunidad de habla determinada. Se trata de principios básicos
cuya aplicación en el texto suministra
al lector datos e indicios inferenciales que le permiten determinar la
intención del autor. De hecho, lo que Ducrot llama “ley de
informatividad” va, a nuestro modo de ver,
más allá de la “máxima de estricta informatividad” descrita por
Paul Grice (1975: 41-52) en el marco de la teoría cognitiva basada en el “principio
de cooperación”. Pues, si la categoría de informatividad para el lingüista
y filósofo británico se refiere a la cantidad de infamaciones y a la obligación
de corresponder a la intención comunicativa sin exceso (es decir no informar más
de lo debido), el lingüista francés
propone su “ley de informatividad” como norma que increpa y reprueba el hecho exponer informaciones conocidas, que
obviamente implican la ausencia de la intención de construir un conocimiento
nuevo.
Situacionalidad
La situacionalidad se instituye como
la norma que implica que es básicamente la situación donde se produce el texto
es la que rige las implicaciones comunicativas del uso y los alcances del
sentido que se quiere expresar.
Intertextualidad
En la hipótesis formulada en su estudio
sobre la intertextualidad, Lemke 1985: 275
alega que “cada texto, el discurso da cada ocasión, tiene sentido en
parte a través de las relaciones implícitas y explicitas con otros texto, con
el discurso de otras ocasiones”. Para el estudio de las manifestaciones
intertextuales en una determinada producción textual, este autor propone tres
niveles de análisis de índole semiótica:
-
Nivel
1- El estudio del sistema lingüístico
y sus correspondientes estructuras manejadas en la relación dialógica entre los
textos,
-
Nivel
2- El examen de las normas
y paradigmas de la interacción social
-
Nivel
3- El análisis del sistema
abstracto de las correlaciones de tipo temático que sirven intratextualmente de
enlace entre las partes del texto e intertextualmente las que conectan éste con
otros textos[12].
Relacionando el fenómeno de la
intertextualidad con la teoría clásica del género, este autor propone una
taxonomía intertextual basada en cuatro modalidades:
1-
Intertextualidad
genérica:
2-
Intertextualidad
temática:
3-
Intertextualidad
estructural:
4-
Intertextualidad
funcional:
Partiendo de las reflexiones sobre el
“dialogismo” bakhtiniano, Julia Kristeva (1969) instituye el concepto de
intertextualidad para referirse a las ineludibles relaciones que toda
producción textual tiene con otros textos producidos con anterioridad. Pues,
para ella, “todo texto se construye como un masaico de citas, todo texto es
absorción y transformación de otro texto » (p.85). Roland Barthes (1975: 996), por su parte, adopta es idea y
la desarrolla a su modo afirmando:
Todo
texto es un intertexto, otros textos están presentes en él, en niveles variables, bajo formas más o menos reconocibles; los textos de la cultura
anterior y los de la cultura contemporánea o del entorno, todo texto es un
tejido nuevo de citas. Pasan al texto, redistribuidos en él trozos de coodigos,
de formulas, de modelos rítmicos, fragmentos de usos sociales, etc. porque
siempre hay lenguaje antes del texto y alrededor de él. La intertextualidad, condición de
texto, sea el que sea, no se reduce evidentemente a un problema de fuentes o de
influencias; el intertexto es un campo general de fórmulas anónimas, en cuyo origen
raramente se repara, de citas inconscientes o automáticas, dadas sin comillas [13].
Definiendo el texto desde la perspectiva
de su confluencia con los demás textos, Julia Kristeva[14]
lo define como un resultado de intertextualidad, un «aparato
translinguistique » donde se ha de tener en cuenta la relación de la
producción con la propia lengua y con lo anteriormente escrito y que, en
términos de Gérard Genette, conforma el conjunto de los
« hipertextos ». El texto, de este modo, se convierte en un espacio
de cruzamiento donde se neutralizan varios elementos extratextuales.
Puede
afirmarse que, definida en términos de correlación de “co-presencia”, de “comentario”, de
género, etc.[15], la intertextualidad sirve,
tal como lo afirma Ndagano Biringanine, “para esclarecer la relación que el
sujeto establece con la lengua, la cultura y sus códigos ideologicos”
(Khristine Ramat, 2010: 195) .
Intencionalidad
En su obra, Los límites de la
interpretación, Umberto Eco establece una calcificación tripartita de la
intención discursiva: 1- la intentio auctoris, relativa al autor, la intentio
operis que se refiere al propio texto y 3- la intencio lectoris que tiene aue
ver con el lector. (1992: 28-32).
Los
principios regiladores:
Beaugrande y Dressler consideran los siete
criterios arriba mencionados como “principios constitutivos” de todo
autético acto comunicativo que vehicula
los textos como ùedio de interacción verbal. No obstante, los dos teóricos
sostienen que la efectividad de toda
comunicación depende; en este sentido, de unos “principios regulativos” que
aunque no definen el texto permiten el control de la actividad comunicativa
através de él. Estos factores
elementales control son de tres categorías:
1-
La
Eficiencia: Depende del grado de compromiso en el uso de un texto por
parte de los actuantes en la actividad comunicativa (autor/lecto;
Hablante/oyente): el propósito comunicativo debe lograrse buscando la forma
maas económica posible, esos es sin
informar en demasía.
2-
La
efectividad o eficacia: Depende de del efecto (impacto, impresión, etc)
que la lectura (o escucha) produce en el
lector/oyente. Es decir que, que va
determinada por los actos performativos y, por tanto, la función apelativa del lenguaje consistente en hacer que el interlocutor reaccione
o haga algo. texto impresión dejada por un texto, que debe ser
capaz de llevar a cabo su función. Generalmente, la comunicación escrita suele
ser más efectiva que la oral. Esto se debe a que las estrategias usadas en un texto escrito (grafías,
esquemas, iconos, etc.) hacen que la
transmisión de informaciones sea más
cómoda y más memorable.
3-
La
propiedad: Es un principio que actúa para determinar una lógica y
equilibrada relación entre el contenido (lo que se dice) y el cumplimiento de las normas de textualidad.
Se
trata, en suma de una condición de idoneidad que se impone como premisa reglamentaria con
el propósito de mediar factores
opuestos e indicar, en cada situación, cuál es el
equilibrio adecuado entre lo
convencional y no convencional, lo consabido y lo inédito.
Todo
nos lleva a concluir que el posicionamiento de la LT supone que el texto ha de
entenderse como todo enunciado o entidad
proposicional articulada en un determinado contexto, con miras a desempeñar una función
comunicativa y cuya estructura va regida por unas determinadas normas de textualidad. Estas propiedades de textura
operan en el entramado textual para comunicar un mensaje recurriendo
a al uso del lenguaje y en función de un sentido global construido a base de
formulas expresivas y proposiciones sintáctico gramaticales, que no han de
concebirse en su dimensión lineal, eso es como segmentos simplemente
concatenados cuyos significados viene igualmente yuxtapuestos. Pues , el texto es una unidad semántica
compleja que supone la existencia de toda una red de estructuras que según
Gerardo Ribeiro Toral (2003:50) “se
presentan en varios niveles de manera interrelacionada y que, desde las
diferentes perspectivas dice un sentido, pero al mismo tiempo, permite que
construyamos un sentido sobre él, y con él”.
[1] -
Amparo Hurtado Albir, La
enseñanza de la traducción, Castelló de la Palma, Publicacions de la Universitat Jaume I, 1996, p.73.
[2] - Paloma Palao, Resurrección
de la memoria, Barcelona, Ed. Victor Pozanco, 1978 , p.13.
[3] - Para el estudio del concepto de "frase sinónima"
remitimos, por ejemplo, al estudio de
Guillermo Suaza Pascual , Abecedario de dichos y frases hechas, Madrid,
EDAF, 1999.
[4]-Andersen. H.C.: El patito feo. En línea:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/patito.h tm [citado 23 –
04 – 2010]
[5] - Kaufman, A.M. El multicuaderno de Copete 2. Buenos Aires, Santillana, 1991.
[6] -Ministerio de Educación. Ciencia y
Tecnología. Presidencia de la Nación – O. E. I (2007): Lengua y comunicación.
Explicación, argumentación y diálogo. Módulos de Enseñanza Semipresencial.
Buenos Aires, Argentina. En
línea:http://www.educ.ar/educar/kbee:/educar/content/portalcontent/taxonomia-recursos/recurso/9037e8fd-2553-4108-8d64-
7efd8376aef0.recurso/6b60ee57-73c2-4069-881c-07c1e0239f14/lenguaexplicacion1.pdf
[citado 23 – 04 – 2010]
[7] - Adaptado de
http://es.wikipedia.org. [citado 23 – 04 – 2010]
[8] - María Azucena Penas y Rosario González, Estudio
sobre el texto; nuevos enfoques y propuestas, Frankfurt, Peter Lang, 2009,
p.
[9] - Gramática grafica al juampedrino
modo, Ediciones, Jaén, Carena,
2005, p.560.
[10]- Para la noción de « texto informativo » remitimos a
la definición propuesta por Richard Lerch : « Le texte informatif, encore
appelé texte explicatif ou parfois texte d'exposition, se caractérise par la
transmission neutre d'informations dans divers
domaines. »(2005 : 13).
[11]
- Dice L Ducrot “On admet que la
collectivité linguistique, à l’intérieur de laquelle se déroule le processus de
communication impose à l’acte d’énonciation certaines normes que j’appelle
« lois du discours »Le respect ou non –respect de ces lois représente
pour le destinataire une source d’informations, et le points de départ
d’hypothèses sur le sens visé par le locuteur » (1984: 24) .
[12] - Una propuesta similar de estudio de la
intertextualidad la encontramos en el estudio elaborado por Jouve 1992: 46 .
Pues, este tratadista afirma que “el valor de la intertextualidad se halla
tanto a nivel del enunciado como a nivel de la enunciación”.
[13] “Tout texte est un intertexte; d’autres
textes sont présents en lui, à des niveaux variables, sous des formes plus au
moins reconnaissable: les textes de la culture antérieure et ceux de la culture
environnante ; tout texte est un tissu nouveau de citations révolues …
L-intertexte est un champ général de formules anonymes, dont l »origine
est rarement reperable, de citations inconscientes ou automatiques, données
sans guillemet »
[14] -
Dice Julia Kristeva : «Nous
définissons le texte comme un appareil translinguistique qui redistribue
l’ordre de la langue(… ). Le texte est donc une productivité, ce qui veut
dire : 1. Son rapport à la langue dans laquelle il se situe est
redistributif (destructivo-constructif) (…). 2 il est une permutation de
textes, une intertextualité : dans l’espace d’un texte plusieurs énoncés,
pris à d’autres textes, se croisent et se neutralisent » :(1969:
113).
[15] - Es
sabido que Gérard Genette (1982:
9), usa, en este contexto, el término “transtextualidad”
para referirse a varios tipos de relaciones que se pueden establecer entre un
texto y otros. Establece una clasificación en que habla de cinco modalidades:
1- Intertextualidad como “« relation de
coprésence entre deux ou plusieurs textes »” concebida como “présence effective d'un texte dans un autre ”:
la cita literal, el plagio y la ilusión o referencia indirecta son algunos de
los mecanismos de esta modalidad de transtextualidad; 2- la paratextualidad o
relación establecida entre el texto y sus paratextos ( Titulo, epígrafe, notas,
epilogos, etc.); 3-Metatextualidad una especie de “comentario” que supone que
el texto habla de otro u otros textos sin mencionarlos; 4- Architextualidad,
corresponde según, Genette, al “« L'ensemble des catégories genérales,
ou transcendentes” es decir a la tipología discurssiva
, al modo de enunciación o al género textual al cual pertenece el texto
estudiado; 5- Hipertextualidad o “"toute relation unissant un texte B (hypertexte) á un texte A antérieur (hipotexte) sur lequel il se greffe d'une
maniére qui n'est
pas celle du commentaire"
(p. 1 1), esta última modalidad se basa sea en la transformación sea en
la imitación del hipertexto.
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