La cohesión
textual corresponde a la propiedad que
hace que las distintas partes o
secuencias textuales presenten la
imperativa e imprescindible condición de
compatibilidad por medio de dispositivos
cohesivos generalmente de índole
sintáctico- gramatical.
La cohesion es,
entonces, una propiedad inherente al
texto. Es el factor determinante que rige
el modo como e los constituyentes de la superficie textual han de
conectarse entre sí.
De hecho, se supone que para que sea
cohesionado, un texto no debe cumplir sólo el requisito de la coherencia, sino que sus partes relacionadas semánticamente, deben aparecer
conexas de forma explícita por medio de procedimientos cohesivos como
los que citamos a continuación:
1.
El
recurso al uso de los conectores,
- La tendencia al establecimiento de referencias a través de estrategias de producción textual como la repetición de palabras, la elipsis, el uso de sinónimos , la substitución de artículos, etc.,
- El empleo adecuado de los signos de puntuación,
- .El proceso llamado definición, que consiste, por ejemplo, en introducir en el discurso un nombre encabezado por un determinante indefinido y, luego, para no repetirlo otra vez en el texto se recurre a un pronombre o a un determinante (demostrativo, etc.).
La cohesión, de este modo, se refiere a la
estructura superficial del texto, o sea a su forma. Es una propiedad que debe
mantenerse mediante procedimientos de tipo gramatical y su función esencial
radica en permitir la conexión de los distintos enunciados que componen el
texto.
Halliday y Hasan (1976) asocian el concepto
de cohesión al concepto de textura, la cual deriva del hecho de que el texto
funciona como una unidad con respecto a su entorno. Pero además, funciona, no
como una unidad gramatical, sino como una unidad semántica (Halliday 1994:
xvii) con respecto a los recursos por encima de la oración, y con respecto a
las unidades por debajo de ella. Por
esom refiriéndose al concepto, en cuestión, Juan Pedro Rodríguez Guzmán lo
define del modo siguiente:
La cohesión viene a significar que todos los
elementos integrantes del texto (idea principal, secundarias, ejemplos,
demostraciones, etc.) han de ir guardando conexiones entre ellos que permitan
deducir que todos forman un bloque único. De nada sirve, en el ejemplo de la
construcción de la casa, levantar un tabique mediante la colocación de un
ladrillo encima de otro: han de estar unidos entre sí con la argamasa que los
cohesiona y une formando la pared. Del mismo modo, las distintas palabras del
texto han de estar unidas entre sí formando oraciones. Las distintas oraciones
también han de estar unidas entre sí formando párrafos. Y los párrafos también
han de guardar conexión entre ellos para conformar el texto completo[1].
Para comprobar la cohesión textual, es decir, averiguar si que cada oración o secuencia se adapta a la
interpretación del resto de las frases
previas del discurso, hace falta fijarnos
en los aspectos siguientes:
a)
que
el paso de un párrafo a otro depende estrictamente de la progresión del discurso.
b)
-Que los conectores, operadores y organizadores discursivos sirven como entidades
lingüísticas que guían el proceso de la
interpretación textual.
- -Que los signos de puntuación contribuyen significativamente a la organización y equilibrio de la producción textual.
- - Que no hay errores ni ortográficos ni léxicos ni sintácticos,
- - Que las convenciones vienen utilizadas de forma sistemática.
Un texto es
cohesivo cuando se establecen vínculos entre sus oraciones y párrafos. La
explicitación de esas relaciones se realiza mediante elementos gramaticales y
de léxico (vocabulario).
Tipos
de cohesión
Podemos decir con Lázaro Carrillo Guerrero [2]que Halliday y Hasan “asocian el concepto de
cohesión al concepto de textura, la cual deriva del hecho de que el texto
funciona como una unidad con respecto a su entorno. Pero además, funciona, no
como una unidad gramatical, sino como una unidad semántica con respecto a los
recursos por encima de la oración, y con respecto a las unidades por debajo de
ella”.
Para los
dos lingüistas (1976) es de suma importancia definir la cohesión como
coyuntura relativa al plano semántico y,
por ende, a las relaciones de significado establecidas y ordenadas dentro texto
y que le atribuyen la propiedad de ‘textura’. Esta cohesión se realiza, de
igual forma, por medio de las relaciones
e interrelaciones de índole léxico-gramatical:
eso es por medio de los constituyentes gramaticales y los
conformantes léxicos vocabulario.
Definida la cohesión como un proceso, que
depende de la competencia lingüística de los
hablantes, o sea un proceso de índole lingüística que hace posible la conexión tanto entre los elementos de una frase como
los de un texto, algunos lingüistas
distinguen entre dos tipos de cohesión la frástica y la referencial:
Interfrástica
Endofórica
1- La
cohesión frástica puede ser de dos modalidades: la
intrafrástica y la interfrástica:
Ø La cohesión intrafrástica:
proceso que permite la unidad entre los distintos componentes lingüísticos de
una frase. De este modo; puede decirse
que para que una frase sea gramaticalmente cohesionada, ha de cumplir con algunos requisitos de
construcción y articulación relativos a sus componentes. Pues, éstos deben:
- Obedecer
a una determinada ordenación u organización interna , por ejemplo el orden
lógico de la frase;
-
Respetar
reglas como las de concordancia ( genérica, numérica, de persona);
-
Etc.
Así, en un enunciado como “El gobierno
ha de solucionar los problemas ecológicos”, notamos que la distribución
sintáctica respeta el orden lógico: sujeto + verbo+ complemento. Además todas
reglas de de concordancia de género y
número vienen, debidamente, aplicadas:
-
Entre
los sustantivos y sus determinantes:
el/gobierno; los/ problemas,
-
Entre
los nombres y sus adjetivos: problemas
ecológicos,
-
Entre
el verbo y el sujeto: el gobierno/ ha de
solucionar.
Es sabido, por otro lado, que desde la perspectiva de la glosemática,
varios son los fenómenos que pueden interpretarse como contribuidores a la relación
de cohesión textual. Nos referimos, sobre todo, a las distintas relaciones y
correlaciones estudiadas por ejemplo por Hejmslev. Para aclarar este aspecto
basta aludir a la cuestión de la valencia tanto estudiada por los gramáticos y
al rol que desempeña el entorno sintáctico gramatical en la conformación del cotexto.
Pues, tanto la gramática tradicional como enfoque específicos como él del
distribucionalismo o de la glosemática nos han mostrado que una entidad
nominal, por ejemplo, es susceptible de
tener varias posibilidades de correlación en el espacio textual. Se combina con
determinantes, formas adverbiales, adjetivales, o sea su uso como constituyente
varía según el contexto en el cual aparece. El verbo, por su parte, puede
asociarse, correlativamente, con pronombres y otras entidades tales como las nominales, las adjetivas, las adverbiales,
preposicionales, conjuntivas, etc. El fenómeno citado de valencia es de carácter
funcional y nos permite explicar por qué un verbo transitivo puede ampliar sus
posibilidades combinatorias gracias a la existencia de complementos. Además,
podemos señalar la especificidad de ciertas estructuras como las de las
oraciones con verbos copulativos (las atributivas) cuya clasificación depende en gran parte de
la denominación por la cual se opte y del tipo de relación contextual que se
enfoque. Pues, comentando las correlaciones cohesivas en un enunciado como el
correspondiente al famoso verso bequeriano: “poesía eres tú”, notamos
que el atributo “poesía” se enlaza, al mismo tiempo, con la forma verbal “ser”
y con el pronombre “tú”. La lógica permite interpretar el
adjetivo como una cualidad que se le
atribuye al sujeto y el verbo como una mera copula que permite cohesionar las
partes de este enunciado. De modo que la
correlación es de doble articulación; lo que justifica la doble denominación:
Copulativa
↓↓
Poesía
eres tú
↑↑
atributiva
Ø La cohesión
inter-frástica: procedimiento que
asegura la coyuntura y articulación de cláusulas, oraciones y párrafos entre sí.
Nos referimos a un tipo de cohesión que
se logra mediante el establecimiento de relaciones lógicas afianzadas,
generalmente, por el uso explícito de ciertos recursos marcadores o de
conexión.
Por
cohesión inter-frástica nos referimos, entonces, a estrategias lingüísticas que
permiten, por ejemplo, establecer
relaciones entre las partes de un texto (oraciones, párrafos, secuencias, etc.)
dejando patente la manera de cómo estas partes, con sus implicaciones de
significado, convergen hacia la construcción del sentido global del enunciado
textual.
Los criterios lógicos de la gramática
tradicional, nos permiten deslindar, al menos; tres proceso de coherencia en el
nivel Interfrástica. No referiremos a las relaciones de:
a-
Yuxtaposición: las proposiciones (dos o más) van dispuestas
sintagmáticamente de modo que la una sigue inmediatamente a la otra sin ningún
nexo expreso. Se trata de una relación de concatenación donde no hay relación
de dependencia, sino de complementariedad de sentido.
Ej.
En aquel lunes caluroso, Juan se levantó muy temprano, tomó una ducha fría, desayunó
rápidamente, se vistió, salió hacia la estación del metro pensando en el
agotador y monótono trabajo que le espera en la oficina. .
b-
Coordinación: En
este caso, aunque a cada una de las proporciones le corresponde un sentido
propio y completo, se establece entre ellas una relación de coherencia, que
puede ser según los contextos de:
oposición, junción, disyunción,
explicación, etc. Generalmente, esta relación se infiere a partir de los
significados de las proposiciones y va apoyada por el recurso a conectores o
marcadores discursivos que guían al lector en el proceso interpretativo.
Ej.
La
conferencia tuvo lugar en la sala magna de la facultad. Pamela estuvo allí.
Pasó toda la tarde hablando con profesores y estudiantes. Pero no vio a ningún compañero de su clase.
c-
Subordinación:
al contrario de los dos casos anteriores, en este tipo de relación de
coherencia, las proposiciones que conforman el enunciado mantienen una relación
de dependencia. La propia apelación de esta relación lógica indica que una
parte del enunciado va subordinada a otra. En esta modalidad se recurre,
igualmente, a marcadores textuales y operadores pragmáticos, que refuerzan
la relación cohesiva y favorecen la
inferencia del sentido global de la oración o secuencia textual en cuestión. En
esta categoría discursiva, las
relaciones de cohesión pueden
articularse en función de unas estructuras sencillas o complejas, pero siempre habrá en la
estructura superficial indicios de conexión que facilitan la deducción del tipo
de cohesión y, por tanto, la inferencia
de la red de relación de sentido. Ésta
puede de causa/ consecuencia, acción/ finalidad, de modo, de tiempo, de
espacio, etc.
Ej.
Para complacerte, él dejó de fumar, dejó de
beber, abandonó sus viejas costumbres de hombre de juergas, empezó a cuidar su
forma de hablar y de vestir e incluso se matriculó en un curso de baile.
Se nota que la primera cláusula “complacerte”, introducida por la
preposición unaria “para”, se relaciona
con las demás clausulas por una relación de sentido que implica finalidad. El
nexo para sirve de entidad marcadora para permitir la cohesión superficial del
enunciado en su totalidad.
En todo los casos, la conexión entre las
clausulas, con miras a formar unidades mayores va garantizada por recursos
lingüísticos, sígnico-gráficos y prosódicos que funcionan como mecanismos de
organización discursiva (conectores y signos de puntuación que marcan pausas y
melodías, etc.)
2- La
cohesión referencial: Supone que todos
los constituyentes verbales de un texto aluden, forzosamente, a entidades y
realidades del mundo. La referencia consiste, de este modo, en que un componente del texto remite a otro.
Puede tratarse de una palabra, una construcción, un fragmento de oración, una
porción de texto o el texto como un todo. La referencia como mecanismo
cohesionador opera a nivel del encadenamiento de las ideas del texto y se
manifiesta, básicamente, a través del uso de pronombres, adverbios y artículos para
eludir repeticiones que puedan afectar la agilidad y expresiva y la congruencia estilística. Dependiendo de
la posición que ocupa el referente en el enunciado podemos distinguir entre dos
tipos de coherencias referenciales:
Ø Cohesión referencial exofórica :
El conjunto de procedimientos de referencia, por los cuales se alude a una
entidad que está afuera del texto, reciben el nombre de cohesión exófora (de
“foro”: llevar, y “ex-”: hacia afuera) o exoforesis.
Ø Cohesión referencial endofórica: El
conjunto de procedimientos de correferencia, por los cuales las palabras de un
texto se ligan entre sí, reciben el nombre de cohesión endófora (de “foro”:
llevar, y “endo-”: hacia adentro), o endoforesis.
De los recursos que se estudian en este
tipo de cohesión mencionamos los elementos siguientes: - el léxico, los
pronombres y la elipsis
La implicación:
Ya hemos señalado antes que la interpretación
de un texto no se basa únicamente en lo dicho de forma explícita sino, de igual
modo, en lo insinuado, lo sugerido y lo implicado que queda latente en la
expresión verbal y al que se accede mediante informaciones colegidas
Para Halliday
y Hasan (1976) es importante subrayar que la cohesión es una relación semántica
que se refiere a las relaciones de significado
que existen dentro del texto y que lo definen como un texto; y es realizada a
través del sistema lexico-gramatical: parcialmente a través de la gramática
(cohesión gramatical) y parcialmente a través del vocabulario (cohesión léxica)
Siendo la
cohesión, según este planteamiento, una relación léxico-gramatical que une los
componentes de un texto, la interpretación de uno de éstos supone
inevitablemente remitir a otro u otros que figuran en secuencias anteriores o
posteriores. De ahí viene la
distinción, adoptada por varios lingüistas entre dos clases de cohesión la gramatical, la léxico-gramatical y la puramente léxica:
A- La cohesión gramatical: es
esencialmente de carácter morfo-sintáctica y
aparece en el texto a través del uso de ciertos recursos gramaticales
tales como los pronombres y marcas de concordancia así como la opción por la
omisión del sujeto, etc. Para explicar estos mecanismos damos algunos ejemplos
ilustrativos de cada uno de ellos:
§ La concordancia morfológica:
por concordancia se
entiende "la conformidad, o correspondencia que debe tener el adjetivo
con el sustantivo, al que se refiere, en género y número, y el verbo con el
nombre que le rige, en número y persona "[1].
Siguiendo los
criterios de Noboa (1839:239), que
señala que "las palabras que tienen que guardar esta conformidad son los nombres, adjetivos, los
artículos, o el verbo" y teniendo en cuenta el carácter de "armonía
mencionado por " Andrés Bello (1986:535)[2], podemos
afirmar que la concordancia ha sido considerada, desde siempre, como uno de los
indicadores importantes de la cohesión gramatical.
B- La cohesión léxico-semántica:
Se manifiesta mediante el empleo de procedimientos de tipo léxico. Se trata de
operaciones que ponen en práctica unas normas de
selección paradigmática, por ejemplo la tendencia al uso de la sinonimia
(léxica y contextual) o la repetición de
las palabras que confluyen en una misma implicación semántica, etc. Se trata,
entonces, de la tendencia al uso de la
repetición concretamente de significados
que contribuye a la construcción del sentido eludiendo el uso abusivo de los mismos vocablos o expresiones. Marta
Marín define este tipo de cohesión como “el conjunto de mecanismos por los
cuales unas palabras se refieren a otras se denomina cohesión.” (2008:122).
Halliday y Hassan (1976), abordan este
concepto considerando que tiene una
fundamental importancia en la
organización del texto.
Este
concepto fue estudiado incluso en su relación con los textos científicos y
técnicos por Hoey (1991), para quien las
llamadas unidades de conocimiento específico, o sea los términos, representan unos elementos de cohesión
afirmados que son “una clase un tanto
especial de potenciales elementos cohesivos dentro de un texto especializado”[3]. Esta
idea la adopta igualmente Chueca Moncayo para quien “la formalización de redes semánticas por
medio de las unidades léxicas especializadas de la superficie del texto
contribuye a organizar el mismo”[4].
Algunos
procedimientos de cohesión a través del vocabulario son los siguientes:
Cohesión
por contigüidad:
-las
reiteraciones,
-los
campos semánticos,
-las
cadenas léxicas
Cohesión
por sustitución
-
la sinonimia,
-
la antonimia,
-las
enumeraciones.
Ø La cohesión
léxico-gramatical: opera a
nivel discursivo por establecer relaciones de conexión lógica entre ideas. El
ámbito de actuación de este tipo de cohesión corresponde, por ejemplo, al nivel interfrástico para enlazar con una
entidad lingüística explicita – esencialmente los marcadores discursivos- clausulas
o dos oraciones en virtud de una relación tales como las de sucesión, adición,
oposición, causalidad, etc.
[1] -
Esta definición corresponde a un
apunte de Luzán citado por Gema Belén Garrido Vílches, Las
«gramáticas» de la Real Academia Española: teoría gramatical, sintaxis y
subordinación (1854-1924), Salamanca, Universidad
de Salamanca, 2010, p. 522. Subrayamos
aquí que esta definición ha sido retomada por Salvá (1847: 298): "Llámase
así la correspondencia que guardan entre sí los artículos, los nombres y los
pronombres, concertando en género y número; o bien los artículos, los nombres y
los pronombres, conviniendo en número y persona con el verbo".
[2] -Dice A. Bello: "La concordancia
es la armonía que deben guardar entre sí el adjetivo con el sustantivo, y el
verbo con el sujeto. "
[3]- CHUECA MONCAYO, F. J.: La terminología
como elemento de cohesión en los textos de especialidad del discurso económico
– financiero. En línea:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01474062113
04173254480/0103154.pdf#search= “cohesión léxica”&page=1 [citado 23 – 04 –
2010]
[4] -Ibid.
p.65
Exelente explicación , muchas gracias me ha servido
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