29.11.16

La cohesión

La cohesión textual corresponde a  la propiedad  que  hace que las distintas  partes o secuencias textuales  presenten la imperativa  e imprescindible condición de compatibilidad   por medio de  dispositivos  cohesivos  generalmente de índole sintáctico- gramatical.

La cohesion es, entonces,  una propiedad inherente al texto. Es el factor determinante que rige  el modo como e los constituyentes de la superficie textual han de conectarse entre sí.

 De hecho, se supone que para que sea cohesionado, un texto no debe cumplir sólo el requisito de la coherencia,  sino que sus partes relacionadas  semánticamente,  deben aparecer  conexas de forma explícita por medio de procedimientos cohesivos como los que citamos a continuación:

1.      El recurso al uso de los  conectores,
  • La tendencia al establecimiento  de referencias a través de estrategias de producción textual como  la repetición de palabras, la elipsis, el uso de sinónimos , la substitución de artículos, etc.,
  •  El empleo adecuado de  los signos de puntuación,
  • .El proceso llamado definición, que consiste, por ejemplo,  en introducir en el discurso un nombre encabezado por un determinante indefinido y,  luego, para no repetirlo otra vez en el texto  se recurre a  un pronombre o a un determinante (demostrativo,  etc.).


    La cohesión, de este modo, se refiere a la estructura superficial del texto, o sea a su forma. Es una propiedad que debe mantenerse mediante procedimientos de tipo gramatical y su función esencial radica en permitir la conexión de los distintos enunciados que componen el texto.

   Halliday y Hasan (1976) asocian el concepto de cohesión al concepto de textura, la cual deriva del hecho de que el texto funciona como una unidad con respecto a su entorno. Pero además, funciona, no como una unidad gramatical, sino como una unidad semántica (Halliday 1994: xvii) con respecto a los recursos por encima de la oración, y con respecto a las unidades por debajo de ella.  Por esom refiriéndose al concepto, en cuestión, Juan Pedro Rodríguez Guzmán lo define del modo siguiente:

  La cohesión viene a significar que todos los elementos integrantes del texto (idea principal, secundarias, ejemplos, demostraciones, etc.) han de ir guardando conexiones entre ellos que permitan deducir que todos forman un bloque único. De nada sirve, en el ejemplo de la construcción de la casa, levantar un tabique mediante la colocación de un ladrillo encima de otro: han de estar unidos entre sí con la argamasa que los cohesiona y une formando la pared. Del mismo modo, las distintas palabras del texto han de estar unidas entre sí formando oraciones. Las distintas oraciones también han de estar unidas entre sí formando párrafos. Y los párrafos también han de guardar conexión entre ellos para conformar el texto completo[1].      


      Para comprobar la cohesión  textual, es decir, averiguar si  que cada oración o secuencia se adapta a la interpretación del resto de las frases  previas del discurso, hace falta  fijarnos en los aspectos siguientes:

a)      que el paso de un párrafo a otro depende estrictamente de la progresión del discurso.
b)       -Que los conectores, operadores  y organizadores discursivos sirven como entidades  lingüísticas que guían el proceso de la interpretación  textual.
  •       -Que los signos de puntuación  contribuyen significativamente a la organización y equilibrio de la producción  textual.
  •     - Que no hay errores ni ortográficos  ni léxicos ni sintácticos,  
  •      - Que las convenciones vienen  utilizadas de forma sistemática.


Un texto es cohesivo cuando se establecen vínculos entre sus oraciones y párrafos. La explicitación de esas relaciones se realiza mediante elementos gramaticales y de léxico (vocabulario).

Tipos de cohesión                     
         Podemos decir con  Lázaro Carrillo Guerrero [2]que  Halliday y Hasan “asocian el concepto de cohesión al concepto de textura, la cual deriva del hecho de que el texto funciona como una unidad con respecto a su entorno. Pero además, funciona, no como una unidad gramatical, sino como una unidad semántica con respecto a los recursos por encima de la oración, y con respecto a las unidades por debajo de ella”.

    Para los dos lingüistas (1976) es de suma importancia definir la cohesión como coyuntura  relativa al plano semántico y, por ende, a las relaciones de significado establecidas y ordenadas dentro texto y que le atribuyen la propiedad de ‘textura’. Esta cohesión se realiza, de igual forma,  por medio de las relaciones e interrelaciones de índole  léxico-gramatical: eso es por medio de los constituyentes gramaticales  y  los conformantes léxicos  vocabulario.

     Definida la cohesión como un proceso, que depende de la competencia lingüística de los  hablantes, o sea un proceso de índole lingüística  que hace posible la conexión  tanto entre los elementos de una frase como los de un  texto, algunos lingüistas distinguen entre dos tipos de cohesión la  frástica  y la referencial:



                                                     Intrafrástica
                          Frástica
                                                   Interfrástica
    Cohesiónく
                                                         Exofórica
                         Referencial
                                                         Endofórica

1- La cohesión frástica  puede ser de dos modalidades: la intrafrástica y la interfrástica:

Ø  La cohesión intrafrástica: proceso que permite la unidad entre los distintos componentes lingüísticos de una frase.  De este modo; puede decirse que para que una frase sea gramaticalmente cohesionada,  ha de cumplir con algunos requisitos de construcción y articulación relativos a sus componentes. Pues, éstos deben:

-     Obedecer a una determinada ordenación u organización interna , por ejemplo el orden lógico de la frase;
-          Respetar reglas como las de concordancia ( genérica, numérica, de persona);
-          Etc.
     Así, en un enunciado como “El gobierno ha de solucionar los problemas ecológicos”, notamos que la distribución sintáctica respeta el orden lógico: sujeto + verbo+ complemento. Además todas reglas de de concordancia  de género y número vienen, debidamente,  aplicadas:

-          Entre los  sustantivos y sus determinantes: el/gobierno; los/ problemas,  
-          Entre los nombres y sus adjetivos:  problemas ecológicos,
-          Entre el verbo y el sujeto: el  gobierno/ ha de solucionar.

    Es sabido, por otro lado,  que desde la perspectiva de la glosemática, varios son los fenómenos que pueden interpretarse como contribuidores a la relación de cohesión textual. Nos referimos, sobre todo, a las distintas relaciones y correlaciones estudiadas por ejemplo por Hejmslev. Para aclarar este aspecto basta aludir a la cuestión de la valencia tanto estudiada por los gramáticos y al rol que desempeña el entorno sintáctico gramatical en la conformación del cotexto. Pues, tanto la gramática tradicional como enfoque específicos como él del distribucionalismo o de la glosemática nos han mostrado que una entidad nominal, por ejemplo,  es susceptible de tener varias posibilidades de correlación en el espacio textual. Se combina con determinantes, formas adverbiales, adjetivales, o sea su uso como constituyente varía según el contexto en el cual aparece. El verbo, por su parte, puede asociarse, correlativamente, con pronombres y otras  entidades tales como las  nominales, las adjetivas, las adverbiales, preposicionales, conjuntivas, etc. El fenómeno citado de valencia es de carácter funcional y nos permite explicar por qué un verbo transitivo puede ampliar sus posibilidades combinatorias gracias a la existencia de complementos. Además, podemos señalar la especificidad de ciertas estructuras como las de las oraciones con verbos copulativos (las atributivas)  cuya clasificación depende en gran parte de la denominación por la cual se opte y del tipo de relación contextual que se enfoque. Pues, comentando las correlaciones cohesivas en un enunciado como el correspondiente al famoso verso bequeriano: “poesía eres tú”, notamos que el atributo “poesía” se enlaza, al mismo tiempo, con la forma verbal “ser” y  con el pronombre  “tú”. La lógica permite interpretar el adjetivo como una cualidad  que se le atribuye al sujeto y el verbo como una mera copula que permite cohesionar las partes de este enunciado.  De modo que la correlación es de doble articulación; lo que justifica la doble denominación:



                        Copulativa 
                   ↓↓
            Poesía eres tú
                                  ↑↑ 
                                          atributiva 


   
Ø  La cohesión inter-frástica: procedimiento que asegura la coyuntura y articulación de cláusulas, oraciones y párrafos entre sí. Nos referimos a un tipo de cohesión  que se logra mediante el establecimiento de relaciones lógicas afianzadas, generalmente, por el uso explícito de ciertos recursos marcadores o de conexión.

      Por cohesión inter-frástica nos referimos, entonces, a estrategias lingüísticas que permiten, por ejemplo,  establecer relaciones entre las partes de un texto (oraciones, párrafos, secuencias, etc.) dejando patente la manera de cómo estas partes, con sus implicaciones de significado,   convergen hacia  la construcción del sentido global del enunciado textual.
        Los criterios lógicos de la gramática tradicional, nos permiten deslindar, al menos; tres proceso de coherencia en el nivel Interfrástica. No referiremos a las relaciones de:
a-       Yuxtaposición: las  proposiciones (dos o más) van dispuestas sintagmáticamente de modo que la una sigue inmediatamente a la otra sin ningún nexo expreso. Se trata de una relación de concatenación donde no hay relación de dependencia, sino de complementariedad de sentido.

   Ej.
      En aquel lunes caluroso, Juan se levantó  muy temprano, tomó una ducha fría, desayunó rápidamente, se vistió, salió hacia la estación del metro pensando en el agotador y monótono trabajo que le espera en la oficina.      . 

b-     Coordinación: En este caso, aunque a cada una de las proporciones le corresponde un sentido propio y completo, se establece entre ellas una relación de coherencia, que puede ser según los contextos  de: oposición, junción, disyunción,  explicación, etc. Generalmente, esta relación se infiere a partir de los significados de las proposiciones y va apoyada por el recurso a conectores o marcadores discursivos que guían al lector en el proceso interpretativo.

 Ej
       La conferencia tuvo lugar en la sala magna de la facultad. Pamela estuvo allí. Pasó toda la tarde hablando con profesores y estudiantes.  Pero no vio a ningún compañero de su clase.

c-      Subordinación: al contrario de los dos casos anteriores, en este tipo de relación de coherencia, las proposiciones que conforman el enunciado mantienen una relación de dependencia. La propia apelación de esta relación lógica indica que una parte del enunciado va subordinada a otra.        En esta modalidad se recurre, igualmente, a marcadores textuales y operadores pragmáticos, que refuerzan la   relación cohesiva y favorecen la inferencia del sentido global de la oración o secuencia textual en cuestión. En esta categoría discursiva,  las relaciones  de cohesión pueden articularse en función de unas estructuras sencillas  o complejas, pero siempre habrá en la estructura superficial indicios de conexión que facilitan la deducción del tipo de cohesión y,  por tanto, la inferencia de la red de relación de sentido. Ésta  puede de causa/ consecuencia, acción/ finalidad, de modo, de tiempo, de espacio, etc.
 Ej.
 Para complacerte, él dejó de fumar, dejó de beber, abandonó sus viejas costumbres de hombre de juergas, empezó a cuidar su forma de hablar y de vestir e incluso se matriculó en un curso de baile.  

     Se nota que la primera cláusula  “complacerte”, introducida por la preposición  unaria “para”, se relaciona con las demás clausulas por una relación de sentido que implica finalidad. El nexo para sirve de entidad marcadora para permitir la cohesión superficial del enunciado en su totalidad.   
        
    En todo los casos, la conexión entre las clausulas, con miras a formar unidades mayores va garantizada por recursos lingüísticos, sígnico-gráficos y prosódicos que funcionan como mecanismos de organización discursiva (conectores y signos de puntuación que marcan pausas y melodías, etc.) 

2- La cohesión referencial: Supone que todos los constituyentes verbales de un texto aluden, forzosamente, a entidades y realidades del mundo. La referencia consiste, de este modo,  en que un componente del texto remite a otro. Puede tratarse de una palabra, una construcción, un fragmento de oración, una porción de texto o el texto como un todo. La referencia como mecanismo cohesionador opera a nivel del encadenamiento de las ideas del texto y se manifiesta, básicamente, a través del uso de pronombres, adverbios y artículos para eludir repeticiones que puedan afectar la agilidad y expresiva  y la congruencia estilística. Dependiendo de la posición que ocupa el referente en el enunciado podemos distinguir entre dos tipos de coherencias referenciales:
     
Ø  Cohesión referencial  exofórica : El conjunto de procedimientos de referencia, por los cuales se alude a una entidad que está afuera del texto, reciben el nombre de cohesión exófora (de “foro”: llevar, y “ex-”: hacia afuera) o exoforesis.

Ø  Cohesión referencial  endofórica: El conjunto de procedimientos de correferencia, por los cuales las palabras de un texto se ligan entre sí, reciben el nombre de cohesión endófora (de “foro”: llevar, y “endo-”: hacia adentro), o endoforesis.

    De los recursos que se estudian en este tipo de cohesión mencionamos los elementos siguientes: - el léxico, los pronombres y la elipsis

La  implicación:
 Ya hemos señalado antes que la interpretación de un texto no se basa únicamente en lo dicho de forma explícita sino, de igual modo, en lo insinuado, lo sugerido y lo implicado que queda latente en la expresión verbal y al que se accede mediante informaciones colegidas   

Para Halliday y Hasan (1976) es importante subrayar que la cohesión es una relación semántica que se refiere a las relaciones de significado que existen dentro del texto y que lo definen como un texto; y es realizada a través del sistema lexico-gramatical: parcialmente a través de la gramática (cohesión gramatical) y parcialmente a través del vocabulario (cohesión léxica)
Siendo la cohesión, según este planteamiento, una relación léxico-gramatical que une los componentes de un texto, la interpretación de uno de éstos supone inevitablemente remitir a otro u otros que figuran en secuencias anteriores o posteriores.    De ahí viene la distinción, adoptada por varios lingüistas entre dos clases  de cohesión la gramatical,  la léxico-gramatical y la puramente léxica:

A-    La cohesión gramatical: es esencialmente de carácter morfo-sintáctica y  aparece en el texto a través del uso de ciertos recursos gramaticales tales como los pronombres y marcas de concordancia así como la opción por la omisión del sujeto, etc. Para explicar estos mecanismos damos algunos ejemplos ilustrativos de cada uno de ellos:
§  La concordancia morfológica: por concordancia se entiende "la conformidad, o correspondencia que debe tener el adjetivo con el sustantivo, al que se refiere, en género y número, y el verbo con el nombre que le rige, en número y persona "[1].
Siguiendo los criterios de   Noboa (1839:239), que señala que "las palabras que tienen que guardar esta  conformidad son los nombres, adjetivos, los artículos, o el verbo" y teniendo en cuenta el carácter de "armonía mencionado por " Andrés Bello (1986:535)[2], podemos afirmar que la concordancia ha sido considerada, desde siempre, como uno de los indicadores importantes de la cohesión gramatical.
                            

B-    La cohesión léxico-semántica: Se manifiesta mediante el empleo de procedimientos de tipo léxico. Se trata de operaciones  que ponen en práctica unas  normas  de selección paradigmática, por ejemplo la tendencia al uso de la sinonimia (léxica y contextual)  o la repetición de las palabras que confluyen en una misma implicación semántica, etc. Se trata, entonces, de  la tendencia al uso de la repetición  concretamente de significados que contribuye a la construcción del sentido eludiendo el uso abusivo de  los mismos vocablos o expresiones. Marta Marín define este tipo de cohesión como “el conjunto de mecanismos por los cuales unas palabras se refieren a otras se denomina cohesión.” (2008:122). Halliday y Hassan (1976),  abordan este concepto considerando que tiene  una fundamental importancia en  la organización del texto.

    Este concepto fue estudiado incluso en su relación con los textos científicos y técnicos  por Hoey (1991), para quien las llamadas unidades de conocimiento específico, o sea los términos,  representan unos elementos de cohesión afirmados que son  “una clase un tanto especial de potenciales elementos cohesivos dentro de un texto especializado[3]. Esta idea la adopta igualmente Chueca Moncayo para quien  “la formalización de redes semánticas por medio de las unidades léxicas especializadas de la superficie del texto contribuye a organizar el mismo[4].

                                                                                                                          
Algunos procedimientos de cohesión a través del vocabulario son los siguientes:

Cohesión por contigüidad: 
-las reiteraciones,
-los campos semánticos,
-las cadenas léxicas
Cohesión por sustitución
- la sinonimia,
- la antonimia,
-las enumeraciones.

Ø  La cohesión léxico-gramatical: opera a nivel discursivo por establecer relaciones de conexión lógica entre ideas. El ámbito de actuación de este tipo de cohesión corresponde, por ejemplo,  al nivel interfrástico para enlazar con una entidad lingüística explicita – esencialmente los marcadores discursivos-   clausulas o dos oraciones en virtud de una relación tales como las de sucesión, adición, oposición, causalidad, etc.




 



[1] - Esta definición corresponde a un apunte de Luzán  citado por  Gema Belén Garrido Vílches, Las «gramáticas» de la Real Academia Española: teoría gramatical, sintaxis y subordinación (1854-1924), Salamanca, Universidad de Salamanca, 2010, p. 522.  Subrayamos aquí que esta definición ha sido retomada por Salvá (1847: 298): "Llámase así la correspondencia que guardan entre sí los artículos, los nombres y los pronombres, concertando en género y número; o bien los artículos, los nombres y los pronombres, conviniendo en número y persona con el verbo".

[2] -Dice A. Bello: "La concordancia es la armonía que deben guardar entre sí el adjetivo con el sustantivo, y el verbo con el sujeto. "
[3]- CHUECA MONCAYO, F. J.: La terminología como elemento de cohesión en los textos de especialidad del discurso económico – financiero. En línea:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01474062113 04173254480/0103154.pdf#search= “cohesión léxica”&page=1 [citado 23 – 04 – 2010]
[4] -Ibid. p.65

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